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el periodico de saltillo
Abril 2015
Edición No. 314


La sucesión está en marcha

 


Jorge Arturo Estrada García.

Otro terremoto financiero sacude al país. Para Coahuila el impacto podría ser impresionante. El presupuesto tan delgado, será exprimido aún más. Habrá muy escasos recursos que sólo servirán para solventar el gasto corriente, y en 2016 se agravará la situación. Es momento para reflexionar, replantear prioridades y reorientar esfuerzos. Hay que repasar las señales en el cielo.

El gobierno federal es impactado por señalamientos de corrupción y conflicto de intereses. Las campañas, en eso centrarán gran parte de sus decenas de miles de impactos en medios electrónicos. Con victorias electorales o sin ellas. El presidente Enrique Peña Nieto seguirá debilitándose. Aun cuando el abstencionismo podría darle triunfos al PRI y conservar su mayoría legis- lativa y algunas gubernaturas.

Sin embargo, la clase política en su conjunto saldrá afectada. El país se está polarizando todavía más. Los ciudadanos se irán alejando más de sus gobernantes. La partidocracia será más severa- mente cuestionada. Las acciones anticorrupción estarán en el foco de la opinión pública. Los escándalos proseguirán. Los ciudadanos reproba- rán con mayor dureza a la gente en el poder.

Los gobernantes deberían tratar de mante- nerse alejados de este rejuego electoral. Es indispensable concentrarse en detectar cómo sacar mejor provecho de las circunstancias y reenfocar las baterías. Se requiere hacerlo hacia lo posible y que se deje huella en la historia de sus localidades.

Para el gobernador, Rubén Moreira, el escenario es bueno en el plano electoral, y podría entregar buenas cuentas a su partido. Los candidatos son suyos, en su mayor parte. En donde los requería. La sucesión al Palacio Rosa está en marcha. Los delfines están siendo proyectados para crecer y convertirse en naturales. Lleva ventaja.

Los grupos que han sido marginados en estos años, también tratan de reposicionarse. Pero, claramente están en desventaja. La debilidad del presidente los debilita a ellos. Y si el gobernador actúa con precisión, podría fortalecerse de cara al quinto año de su gestión.

La oposición, en Coahuila, está casi aplastada. Los pleitos internos en el PAN y las derrotas contundentes de hace un año casi los pulverizaron. Bernardo González, Carlos Orta, Memo Anaya, Rosendo Villarreal, Jorge Zermeño, Fernando Salazar e Isidro López están cavando la tumba para su partido de cara al Palacio Rosa en dos años. Al PAN Coahuila le urge un rescate, el anayismo y el oportunismo de Rosendo Villarreal ya resultan tóxicos para el albiazul. Habría que retirarlos de la política.

Para el PRI Coahuila las elecciones están casi prácticamente ganadas. Los candidatos no son los mejores, de hecho Jéricó es pésimo personaje de la política comarcana. Sin embargo la maquinaria de David Aguillón podría obtener carro completo. Sólo Jorge Zermeño podría arruinar la blanqueada. O, tal vez una sonora derrota de Jericó Abramo, que lo saque otra vez de su sueño por el Palacio Rosa.

Las micromaquinarias panistas llevaron a cuadros mediocres a las candidaturas. Ellos no quieren que nadie crezca. Guillermo Anaya, Luis Fernando Salazar, Rosendo Villarreal e Isidro López maniobraron burdamente, se traicionaron y optaron por pésimos candidatos. Bernardo se convirtió en un espectador más, sólo le queda rezar por un voto mágico de castigo, y en cascada, de parte de los apáticos y abúlicos coahuilenses.

A Anaya le surgió competencia fuerte en el seno del partido. Rosendo quiere la gubernatura para él o para su sobrino Isidro. Quiere consoli- darse como el poder tras el trono. Como agravante, desde hace años, la comunicación ha sido el talón de Aquiles del PAN de Coahuila, no dan una. A Anaya no le importa, y Bernardo no le sabe.

El perfil de los candidatos de ningún partido aporta mucho. Salvo dos o tres, el resto son personajes grises o cartuchos quemados. Sus “logros” profesionales son muy discretos en el mejor de los casos. Y nulos en la mayor parte.

Los actuales alcaldes tampoco aportan, los presidentes municipales panistas, salvo contadas excepciones, han resultado un desastre. El mayor ejemplo de ello es Isidro López, quien va de tropiezo en tropiezo. Sus únicas obras son seis cuadras de la calle Aldama que no ha podido terminar en casi un año y nueve centros comunitarios con pintura nueva en donde dan clases de zumba. Sin compren- der que deberían ser el núcleo de la reconstrucción del tejido social en los sectores populares.

Los alcaldes del tricolor, también transitan por la mediocridad. Ni Riquelme con sus misterios, mañas y sus rollos; ni Ricardo Aguirre con sus ocurrencias sin planeación ni respaldos, ni Fernando Purón con sus excusas e incapacidades, aportan votantes clasemedieros e independientes. Sólo el trabajo de David Aguillón y la puesta a punto de la maquinaria, darán triunfos en la mayoría de los distritos. Luego de la debacle de hace dos años, David aprendió las lecciones, los panistas no.

Poco eficientes, los alcaldes coahuilenses no han completado las corporaciones policiacas, luego de 15 meses. El procurador Homero Ramos Gloria sigue sin dar una. Los delitos del fuero común se multiplican. En las ciudades no hay policías suficientes, las calles, barrios y colonias siguen sin vigilancia. Las cámaras no sirven porque los ayuntamientos ni siquiera contratan personal suficiente para monitorearlas.

El empleo se ha reactivado en diversas re- giones. El clúster energético se mantiene en em- brión, por el momento. Lo del gas Shale se ha pos- puesto al menos para 2017. En Coahuila se se dan pasos firmes en materia de generación de empleos. Lo malo es que son empleos de operarios de esca- so valor agregado y salarios bajos. Son a los que tenemos acceso y para los únicos que somos competitivos en el entorno global, por el momento.

En estos momentos de crisis sin grandes expectativas presupuestales, podríamos enfocarnos en hacer lucir los recursos que ya se invierten. En Coahuila, la educación absorbe la mayor tajada presupuestal. Pero, los resultados no corresponden a las inversiones.

La cobertura educativa, la infraestructura y el entorno socioeconómico de Coahuila, son de los mejores de América Latina. El índice de calidad de vida de la entidad es similar al de los países del este de Europa según el PNUD. Y estamos entre los cuatro mejores del país.

Aquí, los libros, útiles y uniformes son gratuitos. Los materiales didácticos a docentes, los apoyos económicos y alimenticios son muy numerosos. Los maestros de Coahuila reciben salarios que promedian los 15 mil pesos mensuales. Los alumnos tienen problemas de obesidad y no de desnutrición. No deberían existir problemas de aprendizaje. Sin embargo, la calidad educativa es muy baja y no corresponde a los esfuerzos presupuestales realizados por el gobierno estatal.

La educación básica reprueba las pruebas Enlace. La media superior reprueba las Pruebas PISA y Enlace. Los maestros reprueban los exámenes de ingreso. El Concurso de Oposición para egresados de normales, arroja que los aspirantes de Coahuila se ubican en el cuarto sitio de los menos aptos. La tendencia negativa se agudiza desde la Sepec de Humberto Moreira, María de los Ángeles Erizurriz, Jaime Castillo y Samuel Rodríguez.

La Máxima Casa de Estudios, la UA de C, también se ubica en la mediocridad en los rankings de educación superior. A ese paso, pronto las decenas de nuevas universidades que construye el gobierno estatal podrían superarla.

Los exrectores José María Fraustro y Chuy Ochoa han fallado en sus tareas en la SEDU. Ambos también fallaron como rectores, sólo se aplicaron en construir edificios nuevos y no en construir calidad educativa para los universitarios coahuilenses, ni siquiera lograron ampliar los cupos significativamente.

Blas Flores sigue los mismos pasos equivocados. Coahuila está en los mejores puestos en PIB, calidad de vida y competitividad; y su universidad está entre el 32 y el 38 en diversos rankings nacionales. Y en el 300 de América Latina. Debajo las universidades públicas estatales de entidades con menos recursos y niveles de desarrollo como San Luis, Querétaro, Zacatecas, Aguascalientes, Puebla, Edomex, Sonora, Sinaloa, Chiapas, Guerrero, Yucatán, Hidalgo. Ni se diga de las nacionales, NL y las privadas.

El gobierno de Coahuila construye espacios educativos a ritmo acelerado y se cumple con la cobertura y con bajas deserciones. Un centenar de prepas nuevas tapizan la entidad y hay proyectos para una cantidad similar. Son acciones relevantes y sin precedentes.

Pero, se requiere dar el salto de calidad. La educación del siglo 21 demanda la participación de todos los sectores. Autoridades, maestros, empresarios y padres de familia deben trabajar unidos. Coahuila requiere de una Revolución Educativa. Hay que convocarla.

Para Corea del Sur, Finlandia, la India, Singapur, China, etc., la educación es la llave de su progreso. La calidad de sus sistemas educativos los llevó a altos niveles de desarrollo y crecimiento sostenible. Sus esfuerzos en innovación, ciencia y tecnología los convierten en potencias económicas.

“Los países podrían empezar a enseñar la innovación en las escuelas. Así como enseña a los niños a leer, hay que enseñarles a leer códigos de programación, y alentar el pensamiento crítico”, señalan expertos en el tema como Andrés Oppenheimer

En la era de Google, en donde cualquiera puede obtener cualquier información, lo importante no es lo que los niños “saben”, sino lo que puedan hacer con lo que saben.

El profesor de la Universidad de Harvard, Tony Wagner opina que las escuelas deben dejar de premiar a los estudiantes con buenas califica- ciones por lo que “saben”, y en su lugar comenzar a darles buenas calificaciones por su capacidad para analizar y resolver problemas, añade Oppenheimer.

Gabriel Sánchez Zinny, autor del libro “Educación 3.0 expone que un gran número de graduados universitarios latinoamericanos no pueden encontrar trabajo, él afirma que “los gobiernos de América Latina deberían ser los primeros interesados en clasificar a las universi- dades según su capacidad para preparar a sus graduados para el mercado laboral”.

Los “tigres asiáticos” (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán) y los países del Norte de Europa tienen los mejores sistemas educativos del mundo, y sus alumnos superan a los de Estados Unidos en la mayoría de rankings internacionales. Sánchez Zinny considera que los latinoamericanos podemos aprender de estos países fundamental- mente 2 cosas:

Primero: La sociedad entera priorizó la edu- cación, es decir, estos países entendieron que la mejora de la calidad educativa es un desafío de toda la sociedad, no sólo del sector privado o público.

Segundo: Priorizaron a los maestros. El aprendizaje de un alumno en el aula depende 90 por ciento de un buen maestro y es fundamental enfocarse en él. Finlandia, Noruega y Suecia lo han entendido a la perfección y han decidido que sólo los mejores alumnos y profesionales sean maestros.

En Coahuila existen las condiciones para iniciar la construcción del mejor sistema educativo del país y de Latinoamérica. El gobernador podría usar su liderazgo y convocar a los sectores. En cada uno de ellos tiene aliados. Sus contactos con los inversionistas asiáticos podrían sumar experien- cias. Sería en enorme legado para los coahuilenses.

La sucesión se acerca. El cierre de la gestión debe irse construyendo cuidadosamente. Los recursos son escasos; hay que hacerlos lucir y que apoyen el progreso de los ciudadanos. Hay éxitos palpables en materia de empleo e inversión extranjera, se romperán récords. También habrá menos obras. Ya no habrá tiempo ni recursos para proyectos de infraestructura grandes, sólo para terminar las obras en proceso.

Al focalizarse en prioridades y demandas sociales como la educación, se genera un clima más optimista y armónico. Educación de calidad es un tema a mediano y largo plazo, pero podría marcar significativamente la historia de Coahuila, si se emprende ahora.

Indudablemente todo esto serviría para ayudar a reparar el tejido social, y dotar a los jóvenes de habilidades del siglo 21. La confianza en las instituciones y en las autoridades, podría mejorarse si se trabaja unidos en un fin común.

En tiempos tempestuosos, lo mejor es alejarse de las excusas y lamentos; y enfocarse en lo posible y en lo necesario. Pero hay que hacerlo en forma intensa, decidida. Y, además sumarnos todos.

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